Hay veces, que las lecciones de vida, más reveladoras, para las relaciones personales, están en las ideas más simples.
Te dejo un fantástico mensaje de Aaron T. Beck, profesor de psiquiatría en la Universidad de Pennsylvania. Este mensaje está referido a las relaciones de pareja, y sirve para otro tipo de relaciones también.
Ahora te sigo contando.
“Aunque el amor es un incentivo poderoso (…) no provee las cualidades y aptitudes personales, que son decisivas, para sustentar (la relación) y hacerla crecer.
A menudo, se carece de la habilidad, que permite tomar decisiones conjuntas o descifrar los mensajes del cónyuge».
Y aquí, un mensaje para levantarse y aplaudir, por lo importante que es, por lo poco que se tiene en cuenta y por su sencillez:
“…La hostilidad está arraigada en los mecanismos más fundamentales de la supervivencia, (…), pero en la vida moderna, obrar con este impulso primitivo, es destructivo para las relaciones”.
Para pensar…
Pongamos que, en un momento de calma, le haces llegar este mensaje a tu cónyuge, a tu amiga, a tu hijo, a tu compañero del trabajo o a cualquier, llamémosle, “contrincante”, al que quieras, hacérselo llegar.
O tal vez, prefieras, hablar con alguien y tratarás, de que se lo haga llegar, porque la comunicación, ya está muy bloqueada y “pasas” de más enfrentamientos y malos rollos.
Te comprendo…Pero se puede aprender a hacerlo. Es más, en muchas ocasiones, se debe aprender.
Verás…
Pongamos que decides dar el paso y abordar esa conversación pendiente.
Una vez ocurre, ¿sabrás controlar tus nervios?
¿Podrás hablar o te quedarás en blanco, mientras te sudan las manos, se te queda la boca seca y te pita la cabeza como una cafetera moka?
¿Te sentirás tan mal, que saldrás corriendo, sintiéndote herido/a?
¿Te sentirás tan mal, que serás sarcástico/a y harás algún reproche o por el contrario, te morderás la lengua para no decir nada inconveniente?
¿Podrás mantener tu mente en calma, para improvisar una conversación en tiempo real, o el mero hecho de tener 1000 pensamientos por segundo, te impedirá razonar?
Yo le prestaría más atención al tema de estar tranquilo. Lo digo en serio.
En mi opinión, mantener la calma es, al menos, el 80% del peso que tiene, cualquier comunicación de éxito.
Ya sean interacciones con la pareja o con otra persona.
Y para encontrar la calma, hay que trabajar varias cosas: la mochila de emociones dolorosas que llevamos cargando ya «un tiempo», y formas saludables de relacionarnos con otros…
Te preparo para ello. Mis clientes se benefician de estos aprendizajes. Es lo que hago. Para saber cómo, puedes apuntarte a mi lista de suscriptores y te informaré: